Podenco Ibicenco
Estándar F.C.I. N° 89 / 04. 02. 2000 / E
Origen: España
Publicación del estándar original válido: 26.05.1982
Utilización: Se emplea, sobre todo, en la caza del conejo sin escopeta, de día y de noche, pues los levantan fácilmente, incluso en lugares de mucha vegetación debido a la finura de su olfato, pues se vale más de él y del oído que de su vista. Por su agilidad y astucia pronto cobran la pieza, sobre todo cazando juntos varios perros; al mostrar un perro una pieza los otros lo rodean a cierta distancia acechando el paso de aquella, sólo laten cuando ven u oyen la pieza y también cuando la han encerrado, todos ellos muestran y cobran la pieza volteando la cola durante la misma, la muestra la rompen con facilidad. También es utilizado para cazar liebres y caza mayor. Son buenos cobradores. Para formar jaurías se emplean, salvo excepciones, hembras y a lo más un macho, pues éstos no se ayudan cazando y son pendencieros. Cuando una jauría ha cogido algunos miles de conejos se da la peculiaridad de que algunos perros de la misma, ya no cazan hasta después de un largo descanso. A esto se le llama "Enconillarse".
Clasificación F.C.I.:
Grupo 5 Perros tipo Spitz y tipo primitivo.
Sección 7 Tipo primitivo, perros de caza.
Sin prueba de trabajo.
Historia: Con sus antepasados procedentes del Antiguo Egipto, no hay muchas dudas respecto a que los antecesores del Podenco Ibicenco actual sean los mismos perros de Oriente Medio que dieron lugar al Pharaoh Hound. Los orígenes de esta raza se remontan a hace 5.000 años, y estos inicios aparecían representados frecuentemente en el arte egipcio antiguo, sobre papiros, rocas y piedras, además de en tumbas y pirámides. Se dice que descubrimientos de huesos del Período Protodinástico nos muestran que estos perros datan del año 4770 a.C.
Retrocediendo todavía más, unas pinturas rupestres halladas en las paredes de las cuevas Tassili, sitas en Hoggar, Argelia, que tienen unos 8.000 años, muestran a unos cazadores que llevan lanzas y que van acompañados de perros. Los perros de estas pinturas parecen estar adiestrados y persiguen, y posiblemente atrapan, ovejas montesas. Los perros son esbeltos, ágiles y tienen las orejas tiesas.
Un hallazgo especialmente interesante es el del plato de Golenischeff, un plato cóncavo datado alrededor del año 3100 a.C., que fue hallado en un lugar llamado Nagada. Este plato nos muestra a tres Lebreles con correa, todos ellos con las orejas tiesas y con un cuerpo alto y esbelto, por lo que, sin duda alguna, son similares a los Podencos Ibicencos actuales. También se han hallado dibujos similares en las tumbas de Hemaku (3100 a.C.) y de Ptolomeo y Nefermat (2650 a.C.), además de en la de Mareku y en la del famoso Tutankamón (1372 a.C.).
En la mitología egipcia, Anubis, también llamado Anpu, fue el inventor del embalsamamiento y era el guardián de las tumbas. También era el juez de los muertos. Parece que fue asemejado al perro, y estaba igual de alerta, tanto de día como de noche. Podemos ver fácilmente por qué los aficionados a esta raza relacionan a Anubis con el Podenco Ibicenco, ya que se suele decir que la estatua de Anubis a tamaño real hallada en la tumba de Tutankamón es «una réplica idéntica del Podenco Ibicenco actual». Para ser justos, no obstante, sigue existiendo controversia sobre si Anubis era un perro o un chacal, animal con el que se identificaba al principio.
Hay pruebas de que en el Antiguo Egipto los perros de este tipo eran usados para cazar liebres, gacelas, antílopes e íbices. También es fascinante ver que en el Antiguo Egipto no sólo se momificaba a las personas sino también a los perros; se han descubierto momias de perros con una altura a la cruz de 22 centímetros. La momificación aseguraba que pudieran entrar en la vida posterior.
Los fenicios, que vinieron de la Península Arábiga alrededor del año 1200 a.C., fundaron grandes ciudades en Beirut, Biblos, Sidón y Baalabek, extendiéndose no sólo hacia el norte de África, sino también hacia Europa occidental. Atravesaron el estrecho de Gibraltar y fundaron la ciudad de Gades (la actual Cádiz) en España. En los siglos VIII y IX a.C., los fenicios llevaron a sus perros en barcos mercantes a las islas Baleares. Fue una de estas islas (Ibiza) la que dio su nombre a esta raza, que en catalán se conoce como Ca Eivissenc.
Existe una historia fascinante que podría ser cierta. Nos habla de Podencos Ibicencos que iban a lomos de los elefantes cuando Aníbal invadió Italia. Cuando pensamos en que Aníbal (247-182 a.C.), el general cartaginés y líder de la famosa marcha a través de los Alpes, nació en Ibiza y se dice que viajó con sus perros, puede que esta historia posea elementos reales.
En Ibiza y en la isla vecina de Formentera se conoce a los Podencos Ibicencos desde hace mucho tiempo. Aquí se los crió como perros conejeros, para usarlos sin la ayuda de armas de fuego. Los ganaderos sólo conservaban aquellos ejemplares que eran los mejores cazadores, porque para ganarse su sustento tenían que ayudar a alimentar a la familia del ganadero, ya que la comida era escasa. La mayoría de los machos y los cachorros más débiles era ahogada en el mar, y los que sobrevivían debían ser supervivientes en el sentido más estricto de la palabra. Su dieta solía consistir en algunas cabezas de pescado y un poco de carne de cabra, además de las pocas piezas de caza que pudieran obtener por su cuenta.
El Podenco Ibicenco es un Lebrel que caza principalmente mediante su vista, aunque también usa el olfato y el oído. Las enormes orejas de esta raza casi pueden describirse como antenas. Todos los Lebreles son buenos persiguiendo a presas veloces y ágiles, y muchos rasgos de su constitución les resultan de ayuda, como sus largas patas y sus dedos intermedios alargados que les ayudan a dar pasos firmes.
Aunque al principio se usó al Podenco Ibicenco principalmente para cazar conejos, se sabe que capturaba presas de mayor tamaño, incluidos ciervos. Se trata de un Lebrel especialmente veloz e inteligente que puede cazar en todo tipo de terrenos y que puede seguir a sus presas dentro y fuera de los arbustos. Ni siquiera los muros detienen a estos magníficos cazadores. Si un Podenco Ibicenco pierde de vista a su presa entre unos arbustos densos, se alzará sobre sus patas traseras para volver a localizarla. En esencia, el Podenco Ibicenco localiza a su presa mediante el olfato, levantándola y persiguiéndola. Cuando captura a la presa, el Podenco Ibicenco le rompe el cuello y luego pone en marcha sus fantásticas habilidades como cobrador. Es realmente un cazador fantástico.
En España se suele hacer que cacen juntos entre ocho y diez de estos Lebreles, generalmente todas hembras o un macho con varias hembras. Para evitar peleas entre los machos, sólo se hace cazar a uno cada vez. Los perros de la jauría interaccionan bien juntos y rodean a la presa, evitando así que huya. La mayoría de las cacerías con Podencos Ibicencos concluye con éxito. Ver a un Podenco Ibicenco cazando es todo un espectáculo, ya que sus saltos suelen incluir un giro en el aire. Estos saltos a gran altura les permiten explorar la escena incluso entre hierbas de más de un metro de alto.
El Podenco Ibicenco se puede encontrar en la actualidad en todas las islas Baleares y también en tierra firme, en España. Fue, principalmente, la gran capacidad para la caza del Podenco Ibicenco la que hizo que esta raza sobreviviera hasta mediados del siglo XX, cuando doña María Dolores Olives de Cotonera, marquesa de Belgida, se implicó con esta destacable raza. Tenía un criadero en la isla de Mallorca y promocionó a esta raza por toda España y otros países.