Mastín Español


Estándar F.C.I. Nº 91 / 30. 08. 2002 / E

Origen: España

Publicación del estándar original válido: 26.05.1982

Utilización: Guardería y defensa. Esta raza está íntimamente ligada a la trashumancia y en especial al ganado merino, al cual acompañó ya en tiempos de la Mesta, defendiéndole del lobo y demás depredadores a lo largo de todos sus desplazamientos y lugares, estantes de pasto en las diferentes estaciones y zonas de ubicación. Actualmente acompaña a numerosos rebaños, tanto estantes como trashumantes, desempeñando su función ancestral. Desempeña asimismo la función de guarda y defensa de fincas, personas y propiedades en general.

Clasificación F.C.I.: 

Grupo 2 Pinscher y Schnauzer - Molosoides – Perros tipo de Montaña y Boyeros suizos y otras razas.

Sección 2.2 - Molosoides - tipo montaña.

Sin prueba de trabajo.

 

Historia: El Mastín Español está ligado a España hasta tal punto que el escritor Eduardo Benito Ruiz lo describe con estas palabras:

 

“El Mastín español es un compendio de nuestra historia, de nuestra idiosincrasia,  de nuestras pasiones y  fobias, es un animal totémico, hostilizado, vituperado, símbolo de gloria y de decadencia juntos (…),  es un mundo entero!”.

 

En España, esta raza, ha despertado un fuerte magnetismo desde tiempos remotos, apareciendo en obras de famosos poetas que describen sus características mastodónticas, el noble carácter y las virtudes que hacen  a los Mastines buenos cuidadores. Este perro ha sido el protagonista de mitos y leyendas que han sido pasados de generación en generación, convirtiéndose en parte integrante de la vida del pueblo español.

 

Tres son los aspectos principales que ayudan a identificar el Mastín Español:

 

-  su estructura grande.

-  su competencia primaria, defender el ganado de los depredadores.

- la geografía donde nace y evoluciona, España, y como consecuencia la práctica de la trashumancia.

 

Si se quisiera trazar la hipotética evolución del Mastín Español, se podría afirmar que de gran perro nómada primitivo, se ha transformado en el gran Moloso trashumante ibérico, cuidador del ganado.

 

Esta definición parece un llamamiento a la que Aristóteles hizo de los antiguos Molosos del Epiro o sea de un tipo de perros de pastores muy grandes y fuertes.

 

La tradición ganadera de la Península ibérica data de hace 4000 años. Algunos estudiosos de la prehistoria la sitúan alrededor del I milenio a.C., el principio de la Edad de bronce atlántico en la que ya se afirmó una doble sociedad de tipo matriarcal- agrícola y  patriarcal-ganadera. A tal propósito, es interesante observar como algunas de las poblaciones  más antiguas de España eran ganaderas, forzadas a seleccionar sus propios perros con el fin de proteger al ganado. Con el tiempo se verá como esta selección asegurará una perfecta función de cuidador y de defensa y creará un soldado perfecto: el Mastín Español.

 

La trashumancia en España es efectivamente antigua, como las poblaciones primitivas de aquellas tierras y, en consecuencia,  el binomio mastín-trashumancia. En la Edad de hierro de la Meseta se han encontrado esqueletos de perros de enormes dimensiones.

 

Se supone que ya en el neolítico existía un moloso en Europa central.

 

En diferentes partes del globo, aparecieron simultáneamente varios tipos de perros de ganado de tipo molosoide, probablemente uno de estos lugares fue España considerando las características naturales de esta península.

 

Con el nacimiento del sistema ganadero, los mastines se volvieron indispensables.

 

Probablemente hubo influencias externas que actuaron sobre la estructura de base de los perros nativos. A través de siglos de selecciones y especializaciones, y gracias a un cuadrilátero ecológico presente en muchos países de mundo (hombre, rebaño, perro y lobo), dieron vida a un ejemplar puro dotado de una bella dulzura facial, un perro útil al cien por cien: el Mastín Español.

 

Los indoeuropeos, tropas de pastores guerreros y trashumantes, poblaciones del cuero y de la lana, llevaron a los grandes molosos de rebaño a los valles y a las zonas propicias al pasto, dando vida a un proceso símil a la difusión de las culturas y la de los perros de presa en el Mediterráneo, obra de los mercantes de Fenicia hasta Cádiz.

 

Buscar los orígenes del Mastín Español fuera de España es cosa inútil porque es hijo legítimo de la trashumancia y de las condiciones ambientales y sociales  de la península ibérica.

 

El mastín es un mixto entre un luchador y un caminante.

 

En las temporadas de la trashumancia tenía que andar cerca de treinta kilómetros o mas diarios, a los que se juntaban otros nueve para el pasto; sin contar el ir y venir continuo durante la vigilancia.

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